En 1995, la Quebec Task Force on Whiplash-Associated Disorders, define el síndrome de latigazo cervical (SLC) o esguince cervical, como una lesión de la región del cuello, que surge generalmente tras un accidente automovilístico por colisión lateral o trasera, al producirse una forzada extensión o flexión de la región del cuello y una violenta oscilación de la cabeza hacia delante y atrás (1,2). La energía transferida por el accidente, puede provocar lesiones a nivel óseo o de las partes blandas del cuello, las cuales, conducen a una gran variedad de manifestaciones clínicas (2). Sin embargo, también puede ocurrir buceando, o a causa de deportes de contacto, tales como el fútbol o el jockey (1).
El síndrome de Latigazo Cervical es una lesión bastante común y frecuente en la sociedad, pero a pesar de su mala reputación, podemos aclarar que es una lesión leve que en la mayoría de casos los pacientes se recuperan sin problema en un periodo de 2-3 meses. Sin embargo, pasado este periodo de tiempo, la tasa de recuperación disminuiría, estabilizándose los síntomas después de los 2 años (3).
A pesar de grandes diferencias entre distintos autores, los estudios indican que entre el 14-42% de los pacientes desarrollan un dolor crónico en la región cervical, y alrededor de un 10% presentan un dolor permanente y bastante importante de forma indefinida en el cuello. En España, aproximadamente un 15% de los accidentes automovilísticos provoca un síndrome de latigazo cervical (4). Además, las lesiones producidas por el SLC son las que más consecuencias económicas conllevan, aunque su costo varía según las zonas geográficas.
También hay que destacar que las mujeres presentan con mayor frecuencia trastornos asociados al latigazo cervical. Esto se debe a que tienen un radio mayor de masa de cabeza (circunferencia de la cabeza) y un menor diámetro del canal medular, comparándolas con los hombres (1). Aproximadamente un tercio de los accidentes de tráfico son colisiones que se dan por la parte posterior, los cuales son los responsables de la mayoría de lesiones asociadas al latigazo cervical.
En el momento del impacto, el tronco y los brazos del conductor sufren una aceleración similar a la del asiento. La cabeza, en un primer momento, sufre una hiperextensión forzada y posteriormente una hiperflexión, resultado de la inercia. La flexión cervical tiene un tope en el momento de chocar la barbilla con el pecho, sin embargo, en la extensión no existe ya que no hay una limitación anatómica.
Tras explicar el mecanismo de lesión que se produce en el latigazo cervical, es importante conocer los síntomas que esta lesión provoca, y a qué son debidos, ya que hay diferentes estructuras que se dañan en este proceso.
La mayoría de los estudios afirman que la afectación de las facetas articulares es la mayor responsable de las cervicalgias habituales. Sin embargo, también pueden darse lesiones ligamentosas, vasculares, nerviosas u óseas, y, por tanto, el conjunto de todas ellas, participan como causa de los síntomas (4). Se ha descrito que los traumatismos más leves pueden producir desgarro o esguince muscular, el cual puede recuperarse al cabo de algunas semanas. Los dolores paravertebrales cervicales suelen comenzar durante las horas posteriores al traumatismo, pero también pueden producirse lesiones más severas, como hernias, o daños en ligamentos y articulaciones interapofisarias, cuyo inicio será 2 ó 3 días posteriores al traumatismo (1,4,5). Estas lesiones normalmente son la fuente del dolor crónico que padecen algunas personas con latigazo cervical (4).
El síntoma más frecuente es el dolor cervical, acompañado fundamentalmente de cefaleas y disminución del rango de movilidad. También pueden presentarse síntomas como parestesias en las manos, rigidez cervical, dolor de hombro y brazo, y disfagia (1,5).
Clasificación del latigazo cervical según la gravedad de los síntomas:
- Grado 0: sin síntomas cervicales (molestias en el cuello) ni signos físicos visibles (1,5,6).
- Grado 1: síntomas cervicales, pero sin signos físicos (1,5). Dolor en el cuello que puede estar acompañado de rigidez (6).
- Grado 2: sintomatología cervical y signos musculoesqueléticos (1,5). Dolor en el cuello y signos en el aparato locomotor (disminución de la movilidad y dolor puntual) (6).
- Grado 3: síntomas cervicales y signos neurológicos (1,5). Dolor en el cuello acompañado de síntomas como parestesias en una o varias extremidades superiores irradiados hasta los dedos, cervicobraquialgia neural, y /o presencia de signos neurológicos, como disminución o ausencia de los reflejos tendinosos profundos y déficit sensitivo o debilidad (6).
- Grado 4: sintomatología cervical (dolor en el cuello) y fractura o luxación (1,5,6).
En cuanto al tratamiento, se debe concienciar al paciente sobre la importancia de mantener el nivel de actividad previo al accidente, además de la realización de ejercicios domiciliarios diarios como elemento beneficioso en el proceso de rehabilitación (7,8).
Según el grado de lesión podemos realizar diferentes tipos de tratamiento (9):
- Grado I: uso de collarín durante una semana, calor local superficial, movilizaciones activas y uso de medicación (analgésicos, AINEs y relajantes musculares). Es importante continuar con las actividades de la vida diaria.
- Grado II: uso de collarín 2 semanas como máximo, calor local superficial, ultrasonido en caso de dolor severo además de lo comentado en el Grado I.
- Grado III: uso de collarín 3 semanas retirándolo de forma gradual. Calor local profundo y movilizaciones pasivas. Los medicamentos también incluyen analgésicos y relajantes, pero en este caso se emplean también esteroides. Se debe reintegrar al paciente en sus actividades cotidianas.
- Grado IV: tratamiento quirúrgico.
En el tratamiento del latigazo cervical, nuestros objetivos principales a corto plazo son:
1. Reducir el dolor.
2. Aumentar el rango de movilidad.
Además de conseguir aliviar su dolor y mejorar el ROM, es importante concienciar al paciente sobre la importancia de mover el cuello y no evitarlo, ya que así su recuperación será mucho más rápida. Debe saber que el ejercicio no va a disminuir el dolor inmediatamente, sino que lo que va a hacer es ayudar a que recupere su función. Habrá que corregir los patrones disfuncionales del movimiento para comenzar a trabajar la fuerza una vez que hayamos disminuido su sintomatología.
En caso de miedo al movimiento, realizaremos un programa graduado mandando ejercicios que provoquen de menor a mayor miedo, para que así consigamos reducirlo.
También sería conveniente disminuir la concentración en el dolor, corregir creencias y pensamientos persistentes, así como reforzar su autoeficacia o mejorarla en caso de que las puntuaciones sean bajas.
BIBLIOGRAFÍA
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- Regal Ramos RJ. Síndrome de latigazo cervical. Características epidemiológicas de los pacientes evaluados en la Unidad Médica de Valoración de Incapacidades de Madrid. Med Segur Trab. 2011; 57(225): 348-60.
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- Pujol A, Puig L, Mansilla J, Idiaquez I. [Relevant factors in medico-legal prognosis of whiplash injury]. Med Clin (Barc). 2003 Jul 12; 121(6): 209-15.
- Fisioterapia y sindrome del latigazo cervical – Artículo de Fisioterapia [Internet]. [cited 2017 Jan 1]. Available from: http://www.efisioterapia.net/articulos/fisioterapia-y-sindrome-del-latigazo-cervical
- Teasell RW, McClure JA, Walton D, Pretty J, Salter K, Meyer M, et al. A research synthesis of therapeutic interventions for whiplash-associated disorder (WAD): part 4 – noninvasive interventions for chronic WAD. Pain Res Manag. 2010; 15(5): 313–22.
- Liébana Sánchez-Toscano S. Importancia del Tratamiento Propioceptivo tras un Síndrome de Latigazo cervical. Importance of the Proprioceptive Treatment after Whiplash Syndrome. 2004.
Laura Delgado Sanz
Fisioterapeuta de la Unidad de Trastornos Musculoesqueléticos