Autoinstrucciones y solución de problemas
A los más pequeños se les entrena en técnicas proyectivas y de visualización que inducen a la relajación y que pueden incorporar y generalizar en situaciones en las que anticipan que pueden aparecer las conductas disruptivas o los sentimientos negativos. (Imaginarse en un sitio tranquilo o convertirse en una hoja que lleva el viento)
También se utilizan materiales que puedan manejar en esas situaciones que sirvan de descarga y que produzcan sensaciones profundas (plastilina, play foam, arcilla…)
Relajación muscular progresiva
El objetivo es que el niño identifique las señales fisiológicas provenientes de sus músculos cuando están en tensión y una vez identificadas poder poner en marcha las habilidades aprendidas para reducirlas.
Esta técnica se lleva a cabo de manera que se identificará el nivel de tensión muscular a través de ejercicios de tensión-relajación en diferentes grupos musculares para después relajar. Es especialmente útil en niños con altos niveles de ansiedad.
Mediante esta técnica el niño no sólo podrá relajarse mediante la tensión y relajación, sino que también se le ayudará a tomar conciencia de su cuerpo para que en situaciones de ira, angustia o nerviosismo, pueda autorregularse y consecuentemente calmarse.
Respiración abdominal
El objetivo es facilitar el control voluntario de la respiración y automatizarlo para reducir activación en situaciones de estrés. Para ello se lleva el aire inspirado al abdomen inferior, medio y costal. Consiguiendo una respiración completa marcando ritmos alternantes entre inspiración e inspiración. Tras la práctica el objetivo es que se generalice esta respiración a la vida cotidiana.
Mediante la respiración abdominal conseguimos reducir la activación de forma sencilla y rápida. Es especialmente útil para conseguir rápidamente un nivel de relajación medio en situaciones en las que se requiere control inmediato. El entrenamiento en respiración abdominal permite respirar mejor con menos repeticiones.